Apenas unos días faltan para el resultado de las elecciones municipales y para que se hagan realidad las aspiraciones de cada candidato y sus partidos.
Es curioso, como los medios de comunicación, intoxican el voto e intentan dependiendo de sus posibles acuerdos futuros con un candidato u otro, confundir al electorado hacia el lado más beneficioso para su editorial. Es patético ver como los directores de los periódicos atacan a uno u otro candidato por un puñado de euros e instan a sus columnistas de opinión a llamar a la “INTELIGENCIA” de los votantes, acuciados por la falta de ingresos y ante el atraso del pago de todas sus facturas, se agarran a la sombra del árbol que más cobija.
Todos se enrocan en tener la verdad absoluta, en pregonar que la opción que ellos proponen es la mejor, ninguno de ellos deja espacio para el error, nunca se equivocan ni tampoco su candidato-socio, si se ven beneficiados por los panfletos. La única verdad es que sin la política estos periódicos, de muy baja acogida por el público, no podrían existir.
Desde esta humilde columna, en la que seguramente muchas veces me equivoque y me equivocaré en el futuro, apelo al pueblo soberano que es inteligente, muy inteligente, que sabe que sin las ayudas públicas, los medios de comunicación y los políticos no podrían tener futuro, lo que no saben los citados medios es que el pueblo votará de forma inteligente y nadie les confundirá en sus ideales, porque cada uno votará en consecuencia a su subsistencia diaria.
El que esté en el paro votará al partido que le de empleo.
El que quiera mejorar las instalaciones de su barrio votará al partido que le ha prometido esa reforma.
El que este colocado a dedo por un partido en su puesto de trabajo votará a ese partido.
El que quiera castigar a los políticos de una u otra sigla por su corrupción e ineficacia votará en blanco o no irá a votar.
Con todo esto les recuerdo que “la verdad absoluta no la tiene nadie”. Aunque les pese a determinados medios de comunicación.
Como me dijo una persona sabia una vez, “la verdad es poliédrica” no la tenemos ninguno; cada ideología tiene su verdad, eso es lo bonito de la democracia y por mucho que lo intenten, el pueblo ejercerá su derecho a voto; todas las mentiras y medias verdades enmascaradas, para conseguir que sus ingresos se intensifiquen no tendrán efecto; el pueblo es soberano y se ha dado cuenta que la mayoría de los medios y sus opiniones tiene precio y alguien lo ha pagado.
Desde esta columna no apelaré al voto ni en un sentido ni en otro, estos últimos meses les han servido a los ciudadanos para valorar la opción que más le interese o le atraiga, háganlo en libertad o no lo hagan, pero nunca lo hagan inducidos por los gurú de la verdad absoluta, que yo recuerde Jesucristo era carpintero, no “PERIODISTA”.
Por cierto; ¿Qué periódicos locales se han volcado como un afiliado más en el apoyo a su socio-candidato? ¿Para qué celebrar elecciones si estos periódicos abanderando la verdad absoluta ya han repartido todos los asientos municipales acorde con sus intereses?
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