Tras la matanza ocurrida en Francia en la sede del Charlie Hebdo, toda la prensa occidental ha lanzado una campaña incidiendo en la libertad de expresión como una de nuestras señas de identidad. Pero la libertad de expresión también está regulada y, por ejemplo, el insulto que alguien puede hacer desde esa libertad, que supuestamente se le concede a nuestra civilización, es considerado como un delito…, por lo que dicha libertad está parcialmente limitada, como debe ser, dicho sea de paso. La revista francesa, haciendo uso de su derecho, ha publicado en los últimos años viñetas con la imagen de Mahoma, y sin entrar en si estos dibujos son ofensivos o no, esto ha sido, no lo olvidemos, la única razón por la que han sido asesinados.
La respuesta de la prensa escrita, con alguna excepción como el Hamburger Mongerpost -y ya ven lo que le ha pasado-, ha sido no publicar dichas viñetas, lo que puede entenderse como una traición a la memoria de sus compañeros fallecidos, aunque habrá muchos que piensen que es más bien un acto de sensatez. Eso sí, se han solidarizado con los muertos del semanario satírico diciendo eso que queda muy bien de “Je suis Charlie”…, pero es mentira, no son Charlie. Lo que ha caracterizado a la publicación francesa en materia religiosa no ha sido ofender o blasfemar contra lo cristiano, lo judío o lo budista, lo cual no tiene demasiado mérito ni es lo que les ha hecho originales, sino hacerlo además contra el Islam, lo cual es ya más difícil y atrevido.
Si de verdad se hubiesen solidarizado con Chardie hubiesen publicado al día siguiente las famosas viñetas…, pero como bien ha reconocido el diario danés Dyllans Posten, aquél que en 2005 se atrevió a lo mismo, ahora tienen miedo de sufrir un atentado y no van a publicarlas. Es decir, no son Chardie, y además han demostrado que los terroristas han conseguido su objetivo, ya que, como ellos, ahora, difícilmente alguien se atreva a publicar imágenes del profeta. En nuestro país ya lo dijo “El jueves” en una portada aparecida hace tiempo, cuando indicaron que: “Íbamos a dibujar a Mahoma, pero nos hemos cagado”. Al menos aquí reconocieron su cobardía y que su vida vale más que la libertad de expresión, y eso es algo que les honra. Como siempre, en España, a la vanguardia.
La clave ahora está en saber si los nuevos líderes del Charlie Hebdo elegirán entre la libertad de expresión o su vida. El próximo miércoles comenzaremos a tener respuestas. Yo no voy a publicar ninguna imagen de Mahoma -entre otras cosas, porque trato siempre de respetar las creencias religiosas de la gente, lo cual no me impide condenar a estos indeseables asesinos que, no lo olvidemos, en nombre del Dios del Islam, han cometido un crimen atroz, salvaje e infame…- al igual que muchos medios escritos, pero al contrario que ellos yo no he dicho ser Charlie Hebdo… y ellos sí.
OTROS ARTÍCULOS...
¿Te ha parecido interesante la noticia? Si No ¿Algún error en la noticia? Envíanosla
|